martes, 5 de marzo de 2013

Solo con uno mismo


The Life of Pi   




A todos nos suele pasar que a veces le tomamos idea a una película antes de verla. Mucha gente odiaba a las Batman de Nolan o a Avatar antes de que se viera ni siquiera un tráiler. Cuento esto porque a mí también me pasa a veces. Y no hay nada más lindo cuando el propio cine se encarga de cerrarnos el culo, y que nosotros mismos tengamos la capacidad para reconocer el error.

Pi es un chico hindú, muy creyente (tanto que cree en tres religiones). Vive con su familia en el medio de un zoológico. Cuando el padre ve que mudándose ellos y los animales a Canadá puede ganar mucho dinero, no duda y hace emprender a todos el largo viaje intercontinental en barco. Es ahí cuando las cosas para Pi se complican, ya que el barco se hunde, siendo el único humano que se salva en un vote salvavidas, pero no el único sobreviviente. Y es que como compañero de naufragio tiene nada más que a un tigre.

Toda la introducción que hice al principio y que parece al pedo, no lo es. Quería arrancar la nota aclarando que la peli en ningún momento me intereso. Seguramente porque odio las películas que hacen abuso del cgi, caso Avatar (que además es mala de por si). Inicialmente pensaba que esta sería otra Avatar (incluso en las propagandas las comparaban), más que nada en el hecho de hacer gala de unos fx digitales de última generación pero olvidándose que primero que nada, una película tiene que contar una historia. Y como dije de entrada, luego de verla sentí que me cerraron la boca.

Estamos ante esas contadas ocasiones donde todos los efectos especiales están en función de la historia y no en viceversa, algo que hoy en día es difícil de hacer aunque suene lo contrario. Muchos dirán que es contradictorio hacer una película con la naturaleza tan presente y que todo sean efectos especiales. Yo les preguntaría como filmarían la secuencia en cierta isla que sale en la peli.

Obviamente lo fuerte de la peli se centra en cuando Pi se queda con el tigre en un vote en el medio del océano. A muchos les recordara a Naufrago, pero en esta ocasión la soledad del protagonista está representada desde un punto de vista espiritual.

Habrán notado que en la sinopsis hice hincapié en que el protagonista es creyente. Y es que esto está ligado con toda la película en sí. Ojo, quiero aclarar que NO se la pasan rezando o que en toda la peli se hable sobre dios (otro de los motivos por el cual me tiraba para atrás a la hora de verla), si no por el sentido de la película en sí. Seguramente cuando la vean, o quienes la vieron, lo entenderán. De hecho hay dos opciones de final, o de desarrollo del naufragio, uno ateo y otro totalmente espiritual. 

Para ir terminando también quiero resaltar que estamos ante esos escasos ejemplos donde una película habla sobre la conexión con uno mismo, la espiritualidad y la existencialidad sin convertirse un bodrio denso de proporciones bíblicas (cauc). 

The Life of Pi (me niego a decirle el estúpido nombre que le pusieron acá) es una gran película, que no solo cuenta con una belleza visual poco vista los últimos meses, sino que también se preocupa por contar algo interesante y de forma entretenida. 

Muchos otros directores pretenciosos deberían verla y aprender un poco.


Un saludo aprendiendo a nadar.

Nota: 9

Jorge Marchisio
Mi face Yorsh A. Romero

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