martes, 30 de abril de 2013

Viejos y lindos tiempos


Súper 8  


Hace dos años, en el día de su estreno, fui a ver la hasta ahora última película de J.J. Abrams. La sensación con la que salí en su momento fue de felicidad por haber visto una enorme película. Hace unos días la volví a ver, con miedo de que en ese momento la euforia me hiciera juzgarla mal. Por suerte la euforia y la razón iban de la mano.

Repasemos la historia. En el verano de 1979 un grupo de pre adolescentes está filmando un corto de zombies en el formato súper 8. En uno de los días de rodaje, filmando en la estación local de tren, presencian el descarrilamiento del mismo. Días después empiezan a suceder hechos extraños en el pueblo. Gente desaparece, animales huyen, todo parece indicar que estos incidentes están relacionados con el descarrilamiento.

Para entender a esta peli primero hay que saber los dos grandes nombres que están detrás de ella. Uno es el ya mencionado Abrams, fan confeso del cine de aventuras de los 80 (no por nada se quedó con la dirección de las dos sagas espaciales por excelencia). El otro es el de Steven Spielberg, realizador de muchos de los grandes clásicos de aventura de los 80. Creo que con esos antecedentes el tono de la película era obvio.

Y aclaro esto porque estúpidamente, la mayor critica que recibió la peli fue su semejanza a films como Los Goonies, es decir, films de aventuras con chicos de por medio. Cuando esa es la gracia, homenajear a un cine que parece ya casi extinto.

Dejando la estupidez de los críticos “especializados” de lado, hay que decir que la película tiene muchísimos méritos propios además de parecerse a determinado género.

Uno de ellos es el plantel actoral joven. Siendo Elle Faning (hermana menor de Dakota) la única conocida del grupito, los pendejos la descosen actuando, haciendo sus papeles muy creíbles. 

Caso contrario pasa con los adultos, que a pesar de ser todos actores conocidos y con una trayectoria encima, están muy por debajo del grupo de chicos.

Pero a las buenas actuaciones de los pibes, también los acompaña una buena historia de fondo. Como solía pasar con las buenas pelis a la que homenajea Súper 8, no solo se trata de la aventura que viven los chicos. Si no que en ella dan ese difícil paso que es dejar de ser un niño y entrar en la adolescencia. El primer amor, la envidia, los celos, el dejar atrás o superar determinados reveces que da la vida en post de crecer es algo que se ve desde el primer minuto de metraje.

A esto hay que sumarle el buen hacer de Abrams detrás de cámara. El creador de la sobrevalorada Lost vuelve a mostrar porque para muchos debe dedicarse a pleno al cine. El ya nombrado descarrilamiento del tren, así como otras situaciones donde los personajes corren y escapan están filmados con un buen pulso donde todo se ve. Y obviamente están los famosos rayos de luz que inundan la pantalla por todos los costados, algo típico en el cine del nerd cuatro ojos.

Súper 8 es un gran homenaje a un cine que disfruto toda una generación (a la que pertenezco), y que hace pensar que es una clase de cine que por desgracia ya no se hace.

Pero también es la confirmación de que JJ Abrams está para grandes cosas en el cine de aventuras y del pochoclo de buena calidad, algo que pocos (incluso los “realizadores profundos”) pueden presumir.


Un saludo creciendo.


Nota: 9


Jorge Marchisio
Mi face Yorsh A. Romero

viernes, 26 de abril de 2013

Existen terceras partes buenas


Iron Man 3   





Y llego la tercera parte y a priori, ultima entrega de Iron Man. Ya pasaron cinco años desde la primera aparición del Hombre de Hierro en cines, por entonces un personaje desconocido para las grandes masas, pero que fue el primer paso para Los Vengadores. Hoy este súper héroe es emblema de Marvel Studios, y se nota que le quisieron dar un final a lo grande, con una enorme historia.

Tony empieza contándonos que ha creado demonios, nos recuerda su pasado libertino antes de que llegaran los tiempos de armaduras y pilas nucleares. Hoy, quince años después, ya redimido de sus actos, intenta re hacerse anímicamente luego de la invasión extraterrestre en NY. Pero cuando empieza a salir adelante, la amenaza y el ataque del terrorista El Mandarin lo obligaran a actuar, a pesar de no estar aun en plenas condiciones mentales.

Antes de seguir con este magistral análisis, tengo que aclarar que se cambió el director. Las dos entregas anteriores fueron dirigidas por Jon Favreau (también hace el personaje de Happy Hogan); para esta última parte se decidió cambiar por el casi inexperto (solo dirigió la divertida Kiss Kiss Bang Bang) Shane Black. Y el cambio resulto ser muy positivo.

Todos se acordaran la segunda parte de la saga, donde prácticamente se calco lo hecho en la primera, si no es que se lo llevo al extremo. El malo nuevamente era alguien con armadura, las situaciones cómicas se multiplicaron, con algunas rozando la vergüenza ajena, y el histrionismo de Stark fue llevado al límite. La saga estaba pidiendo a gritos un cambio de tono y enfoque, y por suerte Black se lo dio y la jugada le salió perfecta.

El primer gran cambio a favor de la película es en mostrarnos a un Stark inestable mentalmente. Los hechos ocurridos en Los Vengadores parecen haberle tocado algún fusible en la capocha, y ahora lo vemos con ataques de ansiedad y una necesidad casi infantil de estar junto a su armadura, su ataúd de metal. El otro es que acá vemos mucho más al Stark científico y no al héroe; el personaje debe tirar muchísimo de su inteligencia y no tanto de intercambiar armaduras; lo que lleva a que Downey Jr este mucho más tiempo en pantalla y se luzca como actor.

De los personajes nuevos, también hay tela para cortar. Sé que a muchos les agarrara un infarto al ver lo que hicieron con cierto personaje, pero en función de la trama la cosa quedo muy bien armada. Guy Pearce  como Aldrich Killian se come la película con su personaje  y su actuación, SPOILER que de a ratos parece un T 1000 en plena misión FIN DEL SPOILER

Pero así como esta lo bueno, esta lo malo. La hermosa y talentosa Rebecca Hall está muy desaprovechada en un personaje que sale máximo diez minutos y con nulo peso en la trama. El personaje de Rhodes sigue como desconectado de la historia (algo que ya pasaba en la segunda).

Además de que en la primera parte del segundo acto la peli lagunea bastante, haciendo que le sobren diez minutos a la peli. O quizás sean esos laaaaaaaaaaaaaaaargos minutos que hay de créditos hasta ver la escena post créditos, que por cierto no muestra nada de futuras pelis de Marvel. Así que si están medio apuraditos, la pueden ver en youtube que no pasa nada.

La denominada Segunda Fase (ósea, todo lo post Vengadores) comienza de la mejor forma, con una película divertida, bien pensada y autónoma.

Y esto último es algo clave, ya que el universo “marveliano” ya está unido, ya no hay necesidad de forzar conexiones con otros personajes como pasaba con Iron Man 2, algo que no paso con las mejores pelis de Marvel donde los personajes actuaban en solitario (Iron Man y Capitán América). El cambio de rumbo le hizo bien a la franquicia, esperemos que lo apliquen en las pelis venideras.

Eso y que alla Iron Man para rato.


Nota: 8 y medio


Un saludo resurgiendo de las cenizas.

Jorge Marchisio
Mi face Yorsh A. Romero

martes, 23 de abril de 2013

Vecinos en guerra


Fase 7  






El cine argentino es un tabú para muchos. La gran mayoría desprecia y habla de las pelis nacionales como si fueran un género en sí, y seguramente solo habiendo visto menos de cinco films. Y por más que esté de acuerdo en que últimamente, la producción local en masa se basa en “pongamos a Darin haciendo de Darin” o “contemos historias ínfimas haciéndonos los profundos”, también hay que saber mirar y no quedarse con lo más conocido. Siendo así, uno se da cuenta que de vez en cuando salen pequeñas joyitas como Fase 7.


Coco y Pipi son una joven pareja que vive en un edificio recientemente construido. Sin previo aviso las autoridades ponen en cuarentena el lugar debido a una pandemia mortal que está azotando al mundo. A medida que pasa el tiempo, las provisiones de cada vecino empiezan a escasear y la tensión entre todos se va haciendo cada vez más insoportable.


Quizás todos se acuerden del 09 cuando se desato la famosa Gripe Aviar, que en realidad no fue tan asesina como se la describía, pero causo una ola paranoica en la gente pocas veces vista. Casi no se veía personas en la calle y los pocos que andaban eran con barbijos, se cerraron teatros y cine y se pedía que todos se llenen de suministros. Y la verdad que toda esta locura daba para una película que no tardo en estrenarse.


Y esto es lo que hizo el director y guionista Nicolas Goldbart. Sin mencionar directamente a la famosa enfermedad, Goldbart toma un grupo de personas de distintas personalidades (los vecinos chismosos, el paranoico, el que esconde más de un secreto y los normales que quieren vivir y dejan vivir) y los encierra en cuarentena en un edificio. De hecho estoy casi seguro que cuando Goldbart definió los personajes y el contexto, el guion le salió prácticamente solo.


La peli cuenta con un tono ultra bizarro. Lo que en apariencia va a ser una historia de enredos va con un tono in crescendo convirtiéndose de a poco en una burrada total. Sangre, gore y humor  (del normal y el negro) conviven de forma magistral, haciendo que la película sea una especie de Serie B pero con presupuesto. De hecho por bastantes tramos recuerda al cine desenfrenado de Alex De La Iglesia. 


Otro de los puntos fuertes es lo bien que se desempeña el elenco, en especial los tres actores principales. Daniel Hendler haciendo del tipo boludazo al margen de todo (algo que le sale perfecto siempre), Federico Luppi en un papel poco visto en su carrera. Pero quien de verdad se come la peli es el inefable (en el buen sentido de la palabra) Yayo. El cordobés tiene las mejores escenas y parlamentos de toda la película, donde destaco principalmente esa donde toma mates con una máscara de gas puesta.


Y todo esto que vengo contando no es la simple opinión de un fan, si no que gente más formada que yo supo valorar las cualidades de esta peli. Recordemos que el film gano el premio a mejor guion en el festival de Stiges, una especie de Oscar del cine de género.


Obviamente por ser una peli de genero aca se le dio nula publicidad, pero por suerte el boca a boca le dio la suficiente propaganda como para que la peli se mantenga casi dos meses en las carteleras de los multi cines más importantes.


Fase 7 es una clara muestra de que el cine de género se puede hacer en Argentina, y que pese a que la prensa (cuando no) le dio la espalda, la gente supo valorar su calidad y es por eso que se encuentra entre las pelis argentas preferidas de los últimos años para todos los que la vieron.




Un saludo preparando el traje anti bacterias.




Nota: 8




Jorge Marchisio
Mi face Yorsh A. Romero