viernes, 30 de enero de 2015

Pidiendo la jubilación



Búsqueda Implacable 3     




Pasaron ya siete años desde el estreno de la primera Búsqueda Implacable. Un film menor que terminó sorprendiendo a todos por la temática realista que manejaba como catalizador, para una orgia de tiros y piñas protagonizadas por un actor poco recurrente al cine de acción. Tal fue el éxito que la secuela no se hizo esperar, y como a Hollywood le gustan los tríos, ahora tenemos ante nosotros la tercera y última (¿?) entrega.

Bryan parece haber recompuesto su vida. Ya se lleva bien con su hija, y de a poco parece estar re conquistando a Lenore, pese a que sigue casada con el millonario St. John. Todo cambia cuando una mañana encuentra muerta a Lenore en su dormitorio y la policía al instante llega al lugar. Ahora Bryan deberá escapar de la policía al mismo tiempo que busca al verdadero culpable de la muerte de su ex esposa.
Antes que nada, si, la historia es IGUAL a El Fugitivo, y los guionistas no hicieron un mínimo intento de camuflarlo.

Esto no es nada nuevo. Hay muchos films clónicos que no por eso son malos o aburridos. El tema acá es que el resto de los apartados tampoco ayudan para sacar a flote una película que muestra que la idea de hacer una trilogía sobre esto nunca debió llevarse a cabo.

Liam Neeson sigue rindiendo. Pero la edad le pesa, y por más experto y veterano que sea su personaje, se lo siente durísimo en las escenas físicas. No digo que deje de hacer de tipo recio, pero quizás policiales negros como la reciente Caminando Entre las Tumbas le sienten mejor que películas que le demandan secuencias corporales.

A esto hay que sumarle que en la película todo parece estar bañado con nitroglicerina. Cualquier cosa esta predispuesta a explotar. Cosa que a la hora de intentar hacer un film un poco realista, le resta bastante credibilidad.

El agregado de Forest Whitaker a priori parecía sumar a la película, en un rol que sería el equivalente a Tommy Lee Jones en la ya nombrada El Fugitivo. El tema es que en ese film, Jones era implacable, una verdadera amenaza para el protagonista. Acá Whitaker y su equipo parecieran ser los personajes cómicos, porque constantemente son evadidos y dejados en ridículo por Bryan.

Pero lo que me parece imperdonable de esta película SPOILER es el casting. El hecho de querer usar un personaje hasta el momento terciario en la saga, está bien. El tema es que cambiaron de actor, y pusieron a uno que durante toda su carrera hizo de villano. Ya el cambio de actor choca (porque no son ni parecidos), y el que conoce el pasado de dicho intérprete, ya se imagina que algo se trae entre manos su personaje.

Detrás de cámara están los mismos responsables que la olvidable segunda parte, así que se imaginaran que la cosa no dista mucho de esa mala película. A nivel historia mejora apenas, sacándole protagonismo a la insoportable hija de Bryan y dándole un poquito más de realismo a la historia (de solo recordar a la chica tirando granadas como si nada …)

Olivier Megaton tampoco se esfuerza demasiado para salvar la dirección de todo esto. Y nuevamente empieza y termina todas sus secuencias con aburridos planos panorámicos giratorios.

Poco se puede rascar de este film. No es buena, eso esta mas que obvio, pero no alcanza el nivel de sopor que tenia la segunda parte. Por lo que está al borde de caer en ese peligroso grupo de películas que no son ni buenas ni mierdas, si no olvidables.

Búsqueda Implacable 3 es a priori la conclusión de una saga innecesaria, que solo por el factor plata se extendió más allá de su primera película. Y el resultado es obvio.

Solo queda cruzar los dedos para que de acá a unos años no se les ocurra hacer una cuarta entrega. Aunque no sorprendería a nadie si eso pasa.



Un saludo con el arma desgastada.



Nota: 4



Jorge Marchisio

martes, 27 de enero de 2015

Solo de una obsesión



Whiplash      




Y sigo con mi maratón personal de poder ver todas las películas nominadas a Mejor Película en los Oscar. Y hoy cayo la cuarta, quizás la que a priori hubiera sido la que menos me llamaba la atención, pero cuando todos mis conocidos, a los que resto sus gustos, decían que era buenísima, me empezó a dar curiosidad, por algo era.

Andrew es un talentoso baterista de jazz que estudia en un prestigioso conservatorio. Ahí conocerá a Terence Fletcher un tiránico y exigente profesor que no duda en usar cualquier método para sacar el máximo potencial que el supone que tienen sus alumnos. Así empieza una tirante relación de ego y talento entre estudiante y maestro, mientras la música sigue sonando.

La verdad que a la hora de ver esta película sabía más bien poco. Pese a que todos hablaron maravillas, trate de informarme lo menos posible. Eso sí, es casi imposible no leer lo mucho que la rompe JK Simmons en esta peli. Y cuánta razón tienen.

El veterano y pelado actor siempre demostró que tiene un enorme talento, que los directores saben aprovechar pero dándole pequeños papeles cuando el tipo da para mucho más. Solo hace falta ver la mala trilogía de Spiderman de Sam Raimi y notar que lo mejor que tiene es el personaje de Simmons. O como siempre los Coen los usa en sus comedias más absurdas.

Pero acá da rienda suelta a todo su talento. Es asombroso verlo pasar de la calma total dirigiendo una banda de música, para que al segundo este a puteadas limpias por un pequeño desliz de algún alumno, pero no solo por insultar y gritar destaca. Su presencia física impone respeto pese a no ser alguien de gran contextura. Y atención a sus caras mientras dirige la banda. De hecho, para quienes vieron Nacidos Para Matar, estoy seguro que se van a acordar del Sargento Hartman. En fin, TODA su actuación no tiene ningún desperdicio y es híper merecida su nominación a Mejor Actor de Reparto.

Es una pena que Miles Teller no haya obtenido ninguna nominación, porque su personaje es la contraparte perfecta para el Fletcher de Simmons. Arrogante, talentoso y sobretodo perseverante, esas cualidades definen a Andrew, que es capaz de dejar novias, sobrevivir accidentes y sangrar literalmente sus manos a la hora de tocar y poder cerrarle el culo a su profesor. Soberbia actuación de Teller, que además gran parte del film es el mismo quien toca la bata. Una pena que dentro de poco muchos lo odien por cierta bazofia inspirada en Los Cuatro Fantásticos.

Pero no solo las actuaciones hacen grande a esta película. La dirección de Damien Chazelle es casi perfecta a la hora de filmar los momentos musicales que predominan el film. Los constantes cambios de plano a la hora de mostrar instrumentos, gestos, caras de Fletcher y caras de cansancio de los actores (a los que hacia tocar de verdad durante bastante tiempo para que estén cansados de verdad) son tremendos.

Quizás algunos se quejen del guion (escrito también por Chazelle) por su sencillez. Pero es ahí mismo donde radica su genialidad. A priori parece simple, pero hay que tener en cuenta que da pie de forma creíble y natural a todos los enfrentamientos entre Andrew y Fletcher. Pero por sobre todo, porque sabe dónde poner los momentos musicales. Ya vimos en films parecidos que terminaban aburriendo con tanta música, o por el contrario, apenas la usaban. Y ni hablar de ese final. El clímax es de lo mejor visto en tiempo.

Cuesta encontrarle algún defecto a semejante peliculón, que no dudo que va a entrar en la mayoría de los top ten anuales en diciembre. Porque hasta su metraje es acertado.

Whiplash es una película chiquita. De esas que el tema Oscar hizo que se vuelva un poco masiva, acercándola a bastante gente (donde me incluyo).

Una lástima que las distribuidoras de este país no lo vieran así y no le dieron el lugar que merecían en cines. De hecho en muchas salas masivas ni siquiera la estrenaron, dándole prioridad a porquerías como Mortdecai. En fin, la historia de siempre.

A todos les recomiendo ver esta película. Y si están en el ambiente de la música, mucho mucho mas.



Un saludo afinando mi instrumento.



Nota: 10

 
Jorge Marchisio

viernes, 23 de enero de 2015

Ojo de Halcón



Francotirador      






Bueno, por fin empezaron a estrenar las candidatas a los Oscar en Argentina. Esta semana salieron dos, la que comentare hoy, y Whiplash. Sinceramente no tuve que pensar mucho cual ir a ver. Con solo saber que en una está uno de los mejores actores del momento, y dirigida por uno de mis directores preferidos (pese a venir en horas bajas), la decisión era obvia.

Chris Kyle es un texano típico: un poco opa, tomador de cerveza, se quiere hacer el cowboy, y tiene un profundo sentido del patriotismo. Por esto último decide enlistarse en el ejército, y debido a su ego, en la mayor fuerza armada yanqui, los Seal. Luego del ataque terrorista a las Torres Gemelas, el recientemente casado Kyle es llamado a combatir en medio oriente. Pronto gracias a su excelente puntería, se ganara fama entre sus compañeros y enemigos.

Hace poco le comentaba a un amigo que es raro que casi nadie siguiera el camino marcado por Kathryn Bigelow en The Hurt Locker; es decir, hacer una película bélica actual, pero centrándose más en el hombre que en el conflicto. Bueno, es porque aun no habían estrenado la nueva peli de Clint Eastwood.

Es imposible que esta clase de film no tengan un mínimo de tinte nacionalista. Pero también está en el espectador si mira todo el metraje con lupa buscando eso, o a sabiendas de que va a ver (al fin y al cabo son películas yanquis, pueden hacer lo que quieran en sus tramas), se deje llevar por el relato y ya.

Y así es como conocemos Chris, un hombre al que su padre formo con valores bien arraigados a la ideología norteamericana. Formar una familia y ser buen padre, serle fiel a sus amigos y proteger a su nación contra todos los enemigos.

De esta forma la película alterna secuencias de los cuatro periodos de Kyle en medio oriente post 11/7 y su vida familiar cuando está en su casa con su familia. Y así conocemos a las dos personas en un mismo cuerpo.

Por un lado vemos al francotirador letal, a la Leyenda como le dicen sus compañeros, que llego a alcanzar más de ciento sesenta muertes en sus enemigos; donde también se hizo una fama y se ofrecía dinero por su cabeza.

Por otro lado esta su vida como civil. Donde debería estar en paz con sus seres queridos, es donde de verdad se lo ve combatiendo. Como el mismo personaje dice “no pienso en la gente que mate, pienso en los que no pude salvar”.

Acá tanto el guion como la dirección de Eastwood es bastante sobria. Lejos de caer en la berretada, no intentan mostrarnos el heroísmo yanqui, si no un hombre con dos facetas tan opuestas como conflictivas.

Donde si Eastwood se luce y se muestra más vigente que nunca son en las escenas de acción, que son básicamente las cuatro misiones que tiene Kyle. Ya sea como francotirador, o como soldado que va de a pie con sus compañeros, el viejo Clint rememora sus grandes films bélicos de antaño y muestra todo con claridad.

Pero sobre todo, logra crear tensión. A menos que alguien leyera el libro o conozca la historia, nunca estamos seguros si Kyle saldrá vivo de la misión donde está. 

Y acá es clave Bradley Cooper (que junto con Gyllenhaal deben ser los dos mejores actores del momento) para transmitir eso. Poniendo una cara medio rara, híper musculado, Cooper transmite tensión en casi todos los fotogramas donde sale. Ya sea peleando en medio oriente, o con su familia y sufriendo por dentro. Merecidísima nominación.

En lo personal me sorprendió la hermosa Sienna Miller. Siempre la considere una actriz del montón, pero acá la ahora morocha, se luce y esta a la altura de su compañero de elenco.

Francotirador es una gran película, que vuelve a posicionar a Eastwood donde se merece estar, ahí arriba. Nunca entenderé porque no lo nominaron a Mejor Director este año, porque su labor es impecable. Pero como sea, nos da uno de las mejores cintas bélicas de los últimos años, siguiendo el camino que debe seguir este género.



Un saludo regulando la mira.



Nota: 9


Jorge Marchisio