martes, 26 de febrero de 2013

Matamos a sus seres queridos


Juan of the Dead  





Si hay un sub género que da prácticamente para todo es el de los zombies. Lejos quedaron los tiempos donde los muertos únicamente asustaban, o donde se los usaba para hacer críticas sociales (aunque a veces sale alguna peli que lo hace). Ahora prácticamente son usados como un recurso más para la comedia, y aunque suene raro, suele funcionar bastante bien.

Juan es una lacra que se pasa todo el día haciendo nada con su amigo y compinche Lázaro. Junto a ellos esta su grupo de amigos que se dedican a robar a turistas como único medio de sobrevivir. Un día tras volver de su intento de fuga a Miami, Juan ve como empiezan a suceder extraños sucesos, donde la gente se ataque entre sí a mordidas. Y donde todos ven terror y desesperación, Juan y sus amigos, acompañados por su hija Camila, ven un negocio redondo.

Por el nombre muchos supondrán que es una copia o translación de la genial Shaun of the Dead pero con Cuba en lugar de Inglaterra. En cierta parte lo es, pero tampoco para llegar a pensar que esta co producción entre Cuba y España está choreando.

Está claro que la tónica de la peli es similar al del film inglés. Ambas retratan la vida de un loser y casi marginado, con sus amigos igualmente vagos y despreocupados de la vida. Y ahí terminan las similitudes. Y es que Shaun of the Dead era una película de amor con zombies, mientras esta que estamos hablando hoy es una comedia absoluta, que se basa en sucesiones de momentos bizarros y “WTF?”.

Otra peli con la que note varias semejanzas fue con esa joyita que salió hace unos años, también inglesa. Estoy hablando de Attack the Block; peli en la que un grupo de pandilleros defiende su bloque de edificios de unos extraterrestres, algo similar a lo que hace Juan acá. Lo raro es que Juan of the Dead es del año anterior a Attack the Block, así que si en realidad si alguien copio a alguien, fueron los ingleses.

Como buena película de zombies que se precie de ser, el gore (sangre y tripas) están presentes. No faltaran los primeros planos de cabezas aplastadas o explotadas que salpican sangre para todos lados. 

Y acá viene el gran acierto del film. Estando al tanto de los bajos recursos con los que contaba, el director decidió darle un tono cómico total a la peli, sabiendo reírse de sí misma constantemente. Uno de los mayores ejemplos está en el grupo de amigos de Juan, más precisamente la pareja conformada por una montaña de músculos que se desmalla al ver sangre y su pareja, un travesti.

Quienes dicen que el sub genero de los zombies (mi favorito) está difunto, es porque no sabe buscar. Está claro que en su gran mayoría las pelis con no muertos que salen son una mierda (saga Resident Evil incluida), pero hay que explorar a fondo entre las toneladas de películas que salen para encontrar algo potable. Y cuando se lo encuentra, hay que recomendarlo.

Juan of the Dead está lejos de las obras maestras que realizaran Romero o Fulci, pero como peli para pasar el rato sin sentir ganas de pegarse un tiro en las partes bajas, estoy seguro que no los defraudara.


Nota: 7


Un saludo con rigor mortis


Jorge Marchisio
Mi face Yorsh A. Romero

jueves, 21 de febrero de 2013

Sobredosis de ostentación


Los Miserables  





Antes de contar la sinopsis de la peli y hacer mi posterior magistral critica, quiero aclarar que el musical es un género al que recién ahora me estoy empezando a acercar. Como también decir que no leí la novela en que se basa esta película, ni su antigua versión ni su obra de teatro. Una vez dicho esto, arranquemos.

Estamos veinte años después de la Revolución Francesa. Al parecer no cambio prácticamente nada a nivel social, ya que la pobreza es el bien común de la mayoría de la población. Mientras, Jean Valjean lleva diecinueve años preso por robar un pedazo de pan. Luego de que obtiene la libertad condicional se escapa y arma una nueva vida, una que lo llevara a una buena posición económica. Mientras fantasmas de su pasado lo persiguen, personificados en el oficial Jevert, su historia se cruza con la de Fantine, una madre soltera que hace de todo (y me refiero a TODO) para obtener dinero para su hija.

Estamos ante una de las pelis más esperadas del verano por la mayoría. Si bien hay algunos que aborrecen los musicales de por sí (yo antes era uno de ellos) u otros que simplemente la peli les provoca indiferencia, negar que era uno de los tanques del mes es absurdo. Solo quedaba ver si la peli cumplía, cosa que hace, pero sin ser lo perfecta que podría haber sido.

Primero que nada quiero destacar las virtudes que tiene. Y la mayor sin dudas son sus tres actores principales. Hugh Jackman vuelve a demostrar que es muchísimo más actor que solo el Wolverine con el que muchos lo tienen encasillado; y a la hora de cantar, confirma esa sensación que dejo en los Oscar de hace unos años, y es que el tipo tiene talento. Alguien que me llamaba la atención verlo en un musical era Russell Crowe, quien sale muy bien parado, a pesar que a veces se nota que la voz no le da para estrofas largas. Pero la que se lleva todas las palmas es la preciosa Anne Hathaway. Si bien la muchacha sale poco en la película, aprovecha al máximo sus minutos, en especial a la hora de cantar I Dreamed a Dream en primer plano, se me puso la piel de gallina.

A esto hay que sumarle el soberbio trabajo de fotografía y vestuario. Ya la escena inicial con los esclavos moviendo el barco es espectacular. Además que calza con quizás una de las mejores canciones de la película.

Pero si en un musical de época los actores, las canciones y todo el apartado técnico está muy bien hecho, seguro se preguntan ¿Estamos ante una película perfecta? Y la respuesta es un rotundo NO. Porque a pesar de todas las virtudes, parece que el director se empeñó en tirar todo abajo.

Tom Hooper es el sobrevalorado director de la igualmente sobrevalorada El Discurso del Rey. El inglés parece haber querido boicotear la película desde adentro, porque todas las cosas cuestionables del film, son culpa suya.

Arranquemos con la sobredosis de primeros planos que inundan la película. Se le podría avisar a Hooper que para causar emoción en el espectador, no es necesario clavar primeros planos de quince minutos en cada canción. En algunas partes funcionan, como en la ya citada I Dreamed a Dream o en la primera canción larga de Russell Crowe, en otras se alargan tanto que uno le empieza a buscar los granitos a las caras de los actores.

A esto hay que agregarle el mal uso de la stadycam, constantemente en movimiento a pesar de que los personajes estén quietos. En varios momentos por no dejar la cámara quieta termina cagando encuadres preciosos.

Además de que las canciones son continuas, y para mi es fundamental que en un musical alla tiempos muertos sin canciones y con diálogos, porque a la larga (y más si dura tres horas) uno se termina saturando.

Y ya si hablamos de la duración, es algo que el director no supo manejar. A mí no me joden las películas kilométricas, pero si son entretenidas. El problema en esta ocasión es que por respetar al máximo la obra teatral, no se supo hacer una ADAPTACION. El mejor ejemplo son los personajes de Baron Coen y Bonhhan Carter. Algunos dirán que dan los momentos cómicos de la película, pero yo no fui a reírme cuando elegí ver Los Miserables. Sus personajes comen muchos minutos y nunca cuadran con el resto del film, porque parecen sacados de una película de Tim Burton. La historia de amor que aparece al final también roba bastante metraje, cuando ese tiempo podría haber sido usado para mostrar más la revolución que se estaba viviendo.

Con esto no digo que Los Miserables sea una mala película, para nada, de hecho me gusto bastante y la disfrute. Pero por culpa de un director pretencioso, ostentoso y que por regodearse en sí mismo descuido varios detalles que son exclusivos de su rol. Con un realizador más talentoso no se hubiera desperdiciado la oportunidad de hacer un musical que marcara época y se convirtiera en un clásico instantáneo.

Nota: 8


Un saludo pretendiendo ser espectacular.


Jorge Marchisio
Mi face Yorsh A. Romero 

martes, 19 de febrero de 2013

La Batalla Final

Fringe




Querido lector, antes que sigas leyendo esta genialidad, te aviso que contiene muchos spoilers de la ultima (y final) temporada. Ya estas advertido.

Una vez aclarado eso, paso a comentar que me pareció este final de la mejor serie de ciencia ficción de la actualidad.

Quienes venían siguiendo la creación de Abrams, saben que esta quinta temporada abría un arco argumental nuevo, totalmente desconectado de lo visto anteriormente en la serie.

Así era como la acción se situaba treinta años en el futuro desde el momento en el que se daba la invasión de los Observers. En este momento es cuando Henrietta, la hija de Olivia y Peter, pero ahora con treinta años, libera al equipo Fringe original para detener dicho ataque.

Es así como padres e hija (los tres con la misma edad), acompañados por Walter y la siempre leal Astrid se alzan como cabeza de la rebelión contra los calvos observadores.

Y con eso se dio uno de los primeros cambios que dio la serie. Si bien los realizadores nunca se mostraron dubitativos a la hora de recurrir al gore, tampoco era una de las principales características de la tira. En cambio en esta última season, prácticamente en todos los capítulos se vio algún desmembramiento, persona explotando, con algo que le salía de adentro o demás asquerosidades que tantos nos gustan.

Pero sin lugar a dudas el gran cambio se dio con la actitud de los personajes. Hasta la temporada cuatro, Olivia, Peter y Walter perseguían villanos, en especial a David Robert Jones, el malo maloso de toda la serie (va, hasta que nos dimos cuenta que era William Bell). Ahora la cosa se daba vuelta y eran ellos los perseguidos. Ya sean por los partidarios o los Observers comandados por el Capitán Windmark.

Y con el recién nombrado Windmark viene un acierto de la temporada. En pocos capítulos los guionistas lograron construir un nuevo villano por demás hdp que se hizo odiar a los pocos capítulos.

Otro personaje que se sacaron de la manga y que muchos hubiéramos querido ver más tiempo fue el de Donald, el Observer September convertido en humano.

Para quienes seguimos la obra de Abrams desde el principio también se nos hizo un guiño. La aparición ya sea física o por nombre de personajes conocidos, como Sam Weiss o Nina Sharp desprendían nostalgia pura. O la utilización de experimentos de las primeras temporadas, ahora convertidos en armas contra los peladitos.

Pero no todo es aplaudible. Una crítica recurrente por todos los que seguíamos la serie fue el casi nulo protagonismo que se le dio a Olivia, quien en realidad fue protagonista de toda la tira. En esta ocasión fue dejada en un segundo plano, con el peso de la trama recayó en su hija Etta y en Peter.

Además de lo súper esquemática y rutinaria que se volvía la serie de a ratos. La mayoría de los capítulos se repetían en buscar una cinta metida en el ámbar, lograr verla a duras penas, ir en búsqueda de un objeto clave en cuestión y terminar el capítulo con algún momento “WTF?”

De todas formas, seamos sinceros, cuando una serie llega a su fin, todos nos imaginamos un final que termina pareciéndose poco comparado con lo visto en la realidad. Por más que se pueda criticar que todo termino de forma abrupta, creo que nadie estará renegando de la conclusión que se le dio a Fringe.

Luego de cinco años, donde la serie estuvo al borde de ser cancelada varias veces (recordemos la falta de respeto del canal donde se transmite, cambiándola de día y horario constantemente), se nos va quizás la mejor tira de ciencia ficción en años.

Y también dejaremos de ver a esa belleza de mujer que es Anna Torv.

Desde este humilde lugar la recordaremos con cariño (a la serie y a Torv), y esperaremos que dentro de poco salga otra tira que llene el hueco que nos dejó Fringe.


Un saludo salvando al mundo.


Jorge Marchisio
Mi face