jueves, 21 de febrero de 2013

Sobredosis de ostentación


Los Miserables  





Antes de contar la sinopsis de la peli y hacer mi posterior magistral critica, quiero aclarar que el musical es un género al que recién ahora me estoy empezando a acercar. Como también decir que no leí la novela en que se basa esta película, ni su antigua versión ni su obra de teatro. Una vez dicho esto, arranquemos.

Estamos veinte años después de la Revolución Francesa. Al parecer no cambio prácticamente nada a nivel social, ya que la pobreza es el bien común de la mayoría de la población. Mientras, Jean Valjean lleva diecinueve años preso por robar un pedazo de pan. Luego de que obtiene la libertad condicional se escapa y arma una nueva vida, una que lo llevara a una buena posición económica. Mientras fantasmas de su pasado lo persiguen, personificados en el oficial Jevert, su historia se cruza con la de Fantine, una madre soltera que hace de todo (y me refiero a TODO) para obtener dinero para su hija.

Estamos ante una de las pelis más esperadas del verano por la mayoría. Si bien hay algunos que aborrecen los musicales de por sí (yo antes era uno de ellos) u otros que simplemente la peli les provoca indiferencia, negar que era uno de los tanques del mes es absurdo. Solo quedaba ver si la peli cumplía, cosa que hace, pero sin ser lo perfecta que podría haber sido.

Primero que nada quiero destacar las virtudes que tiene. Y la mayor sin dudas son sus tres actores principales. Hugh Jackman vuelve a demostrar que es muchísimo más actor que solo el Wolverine con el que muchos lo tienen encasillado; y a la hora de cantar, confirma esa sensación que dejo en los Oscar de hace unos años, y es que el tipo tiene talento. Alguien que me llamaba la atención verlo en un musical era Russell Crowe, quien sale muy bien parado, a pesar que a veces se nota que la voz no le da para estrofas largas. Pero la que se lleva todas las palmas es la preciosa Anne Hathaway. Si bien la muchacha sale poco en la película, aprovecha al máximo sus minutos, en especial a la hora de cantar I Dreamed a Dream en primer plano, se me puso la piel de gallina.

A esto hay que sumarle el soberbio trabajo de fotografía y vestuario. Ya la escena inicial con los esclavos moviendo el barco es espectacular. Además que calza con quizás una de las mejores canciones de la película.

Pero si en un musical de época los actores, las canciones y todo el apartado técnico está muy bien hecho, seguro se preguntan ¿Estamos ante una película perfecta? Y la respuesta es un rotundo NO. Porque a pesar de todas las virtudes, parece que el director se empeñó en tirar todo abajo.

Tom Hooper es el sobrevalorado director de la igualmente sobrevalorada El Discurso del Rey. El inglés parece haber querido boicotear la película desde adentro, porque todas las cosas cuestionables del film, son culpa suya.

Arranquemos con la sobredosis de primeros planos que inundan la película. Se le podría avisar a Hooper que para causar emoción en el espectador, no es necesario clavar primeros planos de quince minutos en cada canción. En algunas partes funcionan, como en la ya citada I Dreamed a Dream o en la primera canción larga de Russell Crowe, en otras se alargan tanto que uno le empieza a buscar los granitos a las caras de los actores.

A esto hay que agregarle el mal uso de la stadycam, constantemente en movimiento a pesar de que los personajes estén quietos. En varios momentos por no dejar la cámara quieta termina cagando encuadres preciosos.

Además de que las canciones son continuas, y para mi es fundamental que en un musical alla tiempos muertos sin canciones y con diálogos, porque a la larga (y más si dura tres horas) uno se termina saturando.

Y ya si hablamos de la duración, es algo que el director no supo manejar. A mí no me joden las películas kilométricas, pero si son entretenidas. El problema en esta ocasión es que por respetar al máximo la obra teatral, no se supo hacer una ADAPTACION. El mejor ejemplo son los personajes de Baron Coen y Bonhhan Carter. Algunos dirán que dan los momentos cómicos de la película, pero yo no fui a reírme cuando elegí ver Los Miserables. Sus personajes comen muchos minutos y nunca cuadran con el resto del film, porque parecen sacados de una película de Tim Burton. La historia de amor que aparece al final también roba bastante metraje, cuando ese tiempo podría haber sido usado para mostrar más la revolución que se estaba viviendo.

Con esto no digo que Los Miserables sea una mala película, para nada, de hecho me gusto bastante y la disfrute. Pero por culpa de un director pretencioso, ostentoso y que por regodearse en sí mismo descuido varios detalles que son exclusivos de su rol. Con un realizador más talentoso no se hubiera desperdiciado la oportunidad de hacer un musical que marcara época y se convirtiera en un clásico instantáneo.

Nota: 8


Un saludo pretendiendo ser espectacular.


Jorge Marchisio
Mi face Yorsh A. Romero 

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