martes, 17 de marzo de 2015

¿Y donde esta el miedo?



Annabelle    





Mia y John esperan a su primogénito. Mientras él, pasa tiempo en el hospital donde trabaja, Mia se dedica a coleccionar muñecas con ropa de bautismo. Luego de que la pequeña hija de ambos nazca, Mia presenciara un ritual satánico en la casa de sus vecinos. Para olvidarse de tal cosa deciden mudarse; lo que nadie sabe es que el mal los seguirá para obtener lo que vino a reclamar, un alma humana.

Luego del éxito total de crítica y taquilla que fue El Conjuro, a los productores de Hollywood se les prendió la alarma ladri que dice “negocio a la vista” y buscaron como seguir robando con lo realizado por James Wan. Y teniendo en la trama una muñeca que de verdad existió, y lo mucho que le gusta a la gente los juguetes malditos, el curro estaba a la vista.

Y de hecho a la mayoría (me incluyo) no nos desagradó la idea. El Conjuro si lograba asustar, y la presencia de la diabólica Annabelle le ponía los pelos de punta a cualquiera con un mínimo de sangre en las venas.

Entonces ¿Por qué la mayoría considera esta película como un fiasco? Creo que el mayor problema que tiene, es que se nota que se hizo a las apuradas para que salga con El Conjuro aun fresca en la memoria de todos.

Por un lado tenemos una historia de terror bastante básica, donde hay una invocación y un demonio que queda atrapado en este plano. Hasta ahí no parece haber nada malo en sí. El tema es que mientras antes se tenía al genio de Wan y toda su pericia técnica detrás de cámara, ahora se tiene al don nadie de John Leonetti; que pese a haber estado involucrado en algunas que otras películas interesantes, se ve que no aprendió nada a la hora de dirigir. Y eso se nota.

Para que un film de terror funcione debe tener dos cosas que si o si tienen que estar bien hechas. Una es la trama, que debe ser coherente consigo misma, e ir llevando el terror en modo in crescendo para que le clímax sea verdaderamente horroroso para el espectador. Bueno, acá no pasa. De hecho el clímax es bastante frio y soso, además que ya se vio varias veces el tema del sacrificio para preservar una vida inocente.

Por otro lado, la dirección también tiene que tener su toque de virtuosismo. Y de nuevo, mientras menos se muestre en los minutos principales, e ir sugiriendo mas y mas hasta tirar toda la carne al asador al final, mejor. Y tampoco pasa. De hecho se muestra bastante aleatoria la dirección; de a ratos juega con insinuar (los mejores momentos), mientras que en otros muestra sin ningún pudor cayendo en generar terror por efectismo y no por una buena construcción. Otro pifie en la peli.

A eso le sumamos que el par de actores principales son lo más madera que vi en tiempo. La chica es muy linda (la recordaran por ser objetivo de levante del joven Xavier en First Class), pero es mala actriz con ganas; constantemente sobreactuando su supuesto miedo, haciéndolo poco creíble. Mientras que por el lado del esposo, que le toca jugar con el rol de escéptico, tampoco aporta mucho; aunque no lo matamos tanto porque tiene mucho menos tiempo en pantalla.

Annabelle es el claro ejemplo de films hechos para seguir robando con el primo cercano, o una saga. Sin rumbo fijo, y alejado totalmente de lo que represento la película original, está claro que fue una de las peores películas del año pasado.

Ojala sea suficiente escarmiento y la próxima vez se gaste un poco en armar un buen equipo técnico.



Un saludo muerto de aburrimiento.


Nota: 3

Jorge Marchisio

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