viernes, 18 de mayo de 2012

Ciencia loca


Fringe


 
Creada por el referente contemporáneo de la ciencia ficción, J. J Abrams, Fringe vio la luz a principios del 2008. De entrada se la quiso situar como la sucesora directa de X-Files, pero con el paso de las temporadas, logro hacerse su propio lugar dentro de las series sin necesidad de ser comparada.

La trama se dispara cuando la agente del FBI Olivia Dunham busca desesperadamente alguien con los conocimientos para revertir el daño sufrido en un extraño accidente que sufre su amante y también agente, John Scott. Su búsqueda la lleva a conocer al doctor Walter Bishop, un genetista y científico experimental que lleva recluido 17 años en una institución mental. Es ahí cuando debe recurrir a Peter Bishop, hijo de Walter, para que autorice la salida de su padre e integre también la ahora llamada Fringe Division, debido a la inteligencia similar a la de su progenitor.

Como conté mas arriba, casi desde su concepción la serie fue comparada con X – Files debido a la tónica de equipo que resuelve casos paranormales mientras se dan pautas de una conspiración/complot por detrás, en este caso a través del personaje de Nina Sharp y Masive Dinamycs. Fue solo con el paso de los capítulos y llegando casi al final de la primera temporada donde se estableció el tema que tomaría toda la serie.

La hermosa Anna Torv es la protagonista del ciclo. Si bien al principio parresia otra de las tantas caras bonitas que solo por eso son personajes principales, con el correr de los capítulos doto a su Olivia de una humanidad y tenacidad que terminaron siendo características fundamentales de su caracterización. Junto a ellas están los ya probados Joshua Jackson y John Noble (Denethor para quienes vieron El Señor de los Anillos). El resto de los actos secundarios cumplen sus roles sin demasiadas complicaciones, por lo que la serie a nivel actoral cumple con creces.

Si hay que destacar un punto flojo es lo irregular que es en cada temporada. Estamos ante esas series donde gran parte de los capítulos son autos conclusivos, y la trama general esta tocada solo en unos cinco episodios de los veintitantos que son por año. Esto no es nada nuevo, de hecho series muy recomendables como Castle hacen lo mismo. El problema es cuando de la veintena de episodios, solo tres o cuatro son realmente buenos, y peor aun, de esas emisiones rescatables, ninguna tiene que ver con el arco argumental principal.

Pero lo más criticable de la serie, no es algo que sea fallo de los productores, o de los guionistas, sino de la cadena que la emite en EE UU. FOX originalmente transmitía Fringe los miércoles, pero ante una pequeña reducción de audiencia, decidió moverla a los viernes a la noche. ¿Se preguntaran que tiene eso de malo? Nada, pero los viernes es el día en que se transmiten los deportes en dicha cadena televisiva, así que ya sea por básquet, baseball o hockey, Fringe debía ser sacada de la programación esa semana, dándose casos donde la serie no salió al aire durante tres semanas. Y quieran o no, a ninguno seguidor de un programa le gusta que le quiten su programa, y a la larga deja de verlo, lo que llevo a otra gran perdida de espectadores. Es por esto que la serie estuvo al bode de la cancelación varias veces, por suerte J. J Abrams logro concretar el cierre de la temática general de la serie y una quinta temporada final, con otra trama nueva.
Fringe es una buena serie de ciencia ficción, pero tuvo que cargar con el peso de ser la heredera de la enorme y gran X – Files cuando jamás lo busco, además que la propia cadena de TV parecía jugarle en contra.

Un saludo entre dos mundos.

Jorge Marchisio
Mi face Yorsh A. Romero

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