Trascendence
Difícil encarar una película de un director primerizo. Por un
lado hay que tener en cuenta que dirigir (ósea, coordinar todos los apartados de
un film) no es lo mismo que haberse encargado de algo en particular. Pero, también,
tenemos miles de ejemplos de primeras películas que mostraron todo el talento
de esos realizadores ¿A que quiero ir con esto? Que me importa bastante poco si
esta es la primera película de un gran director de fotografía. Sigan leyendo y entenderán
porque.
Will Caster es la mente más brillante en cuanto a la investigación
y creación de una Inteligencia Artificial superior se refiere. Luego de sufrir
un atentado, se le detecta una enfermedad mortal, lo que le sirve de excusa
para que junto a su esposa prueben una de sus teorías, la de poder traspasar la
mente humana al campo virtual. Lo que parecía una evolución tecnológica que ayudaría
a la humanidad, podría resultar la extinción de la misma.
Como dije inicialmente, este es el debut como director de
Wally Pfister, habitual director de fotografía en los films del británico Christopher
Nolan. Y la verdad que la sombra del realizador de las Batman se nota.
Pfister decide tomar el guion de Jack Paglen (que lleva
dando vueltas sin que nadie lo quisiera filmar desde hace dos años, mal síntoma)
y le da un aire filosófico y existencial que terminan jugándole en contra al
producto final.
Por un lado tenemos la idea de que el propio ser humano
puede crear una especie de Dios virtual y tecnológico, palpable, y que este en
todas las cosas. Hasta ahí perfecto, la cosa es cuando la propia historia pedía
gritos ir para un lado, pero tanto director como guionista fuerzan todo lo
posible, ósea, cagandola, para ir hacia
donde ellos querían llegar.
Sin entrar en muchos detalles y spoilers, a grandes rasgos
se podría decir que este cyber dios quiere tomar control del planeta, haciendo
que la humanidad “se extinga” y evolucione hacia algo mejor. El problema que
dicho intento de apocalipsis se da en un pueblucho perdido en el desierto
norteamericano.
Y si yo les digo desierto perdido, fin de la humanidad,
ustedes estarán pensando en un film serie b. No, el director nuevamente le
pifia y quiere hacerlo todo con un tono de seriedad total, intentando
literalmente hacer un film de ciencia ficción que trascienda y no algo que
entretenga mínimamente al espectador. No sé si esto paso porque con ese elenco
se quedaron sin presupuesto, o de verdad la falta de experiencia no le hizo ver
esto.
Y hablando del elenco, supongo que Nolan le debe haber dicho
a este director, que por ser amigos le había conseguido varios actores de
renombre, y por eso Pfister decidió usarlos a todos juntos. El resultado es de
los peores trabajos actorales en conjunto que vi en tiempo.
A Depp al menos yo, ya no le pido mas nada, porque
actoralmente ya está quemado y perdió todo el crédito. Pero es que además apenas
sale y cuando aparece, se nota que participo solo para cobrar el jugoso cheque.
Rebecca Hall y Paul Bettany también están desperdiciados actuando en modo automático.
A esto hay que sumarle que si el trió de Morgan Freeman,
Cillian Murphy y Kate Mara eran reemplazados por nadie, no pasaba nada porque
sus personajes tienen nulo peso argumental.
Y acá viene otra cosa imperdonable, y es la de no darle
motivaciones a los personajes. Todos hacen las cosas porque si, cambian de
bando como de ropa, sin justificación alguna. Claro ejemplo es el de Bettany
que jamás se entiende porque ayuda a hacer algo que después nos enteramos que
el siempre se opuso
Trascendence
tiene todos los ingredientes para haber sido una peli clase b entretenida, de
esas que suelen terminar siendo la sorpresa del año (de solo pensar lo que hubiera hecho Neill
Blomkamp y me lamento). Pero en cambio es un film aburrido, súper pretencioso
que no concreta nada de lo que a priori nos promete, y una muestra más que
grandes actores unidos no hacen una buena película.
Un reafirmando mi ateísmo.
Nota: 4
Jorge Marchisio
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