jueves, 19 de abril de 2012

Consumismo canibal


El Amanecer de los Muertos


 
Pasaron diez años desde que George A. Romero diera un giro al cine de terror con sus zombis. Llegaba la hora de la secuela, esta vez contando con un presupuesto bastante mas amplio, de uno millón quinientos mil dólares, y la primera colaboración entre el director y Tom Savini.

La película es una secuela indirecta de La Noche de los Muertos Vivos. ¿Por qué digo que es indirecta? Esta continuación esta situada en el mismo universo y transcurre tiempo después de los sucesos ocurridos de su predecesora, pero no con los mismos personajes. En esta ocasión, la plaga zombi se magnifico al grado de que varias ciudades fueron evacuadas o sitiadas totalmente por los muertos. Dos miembros de distintos equipos SWAT que se ven superados en su labor de contener la invasión unen fuerzas para escapar. En el camino se les suman una presentadora de un noticiero local y su novio, productor de dicho programa. Los cuatro toman un helicóptero y escapan del lugar, en su camino ven un centro comercial, lugar que aparentemente les servirá como refugio contra las hordas de muertos vivos.

Al principio del análisis mencione a Tom Savini, y quizás muchos piensen ¿Quién mierda es Tom Savini? Herejes. Digamos que si Romero es el padre de los zombis, Savini podría ser considerado el tío. Maquillador y experto en efectos especiales artesanales, el viejo Tom fue clave en los films del director a la hora del gore y las salvajadas. Posteriormente devenido en actor y director, a día de hoy Savini es sinónimo del cine de terror de los 80.

Los efectos creados por Savini en esta primera instancia pueden no parecer la gran cosa, la decisión de pintar de azul a los muertos como único maquillaje molesto a bastante gente. Pero nadie puede negar la notable mano del técnico a la hora de mostrar desmembramientos y explosiones de cabezas.

Al igual que en la anterior entrega, la critica social a través de los zombis se repite. En esta ocasión se explica que los muertos regresan a lugares que les eran comunes en vida, esto no seria raro salvo que una marea de putrefactos se agolpa en las puertas del shopping para poder entrar. Pero las miserias humanas también vuelven a hacerse presente, el grupo de sobrevivientes se aburguesa una vez asentados en el mall, al punto tal de olvidarse del verdadero peligro que hay puertas hacia afuera. También es la primera vez que hay un verdadero antagonismo entre los humanos, acá representado por la banda de motociclistas (encabezada por el mismísimo Savini) que le da igual la seguridad de otras personas, solo su propio bienestar.

Otro cambio con respecto a la primera película es en el dúo de protagonistas. Si bien se repite el actor afroamericano y una blonda actriz, la actitud de esta ultima es radicalmente opuesta a la de Bárbara. A pesar de no establecer aun el modelo de mujer guerrera que Romero terminaría usando en el resto de su obra, la actitud activa de Francine al aprender a usar el helicóptero e intentar usar armas dista mucho de la shockeada y  pasiva Bárbara, quien solo se limitaba a gritar y mirar con horror lo que sucedía frente a sus ojos.

A pesar de ser una buena película y secuela, en lo personal creo que es la más floja de la trilogía original. De todas formas el film de nuevo fue un total éxito de taquilla y critica en general, recaudando un total de $ 55.000.000.

En el 2004 un hasta por entonces desconocido Zack Snyder hizo una remake de este film. La mas que aceptable modernización cambio drásticamente de registro, pasando del terror a la acción, y dotando a los zombis del nuevo milenio de una velocidad y agresividad que carecían anteriormente.

Un saludo refugiándome con comodidad.

Jorge Marchisio
Mi face  Yorsh A. Romero

1 comentario:

  1. Esta película me gustó, pero ni por asomo me pareció la obra maestra que muchos dicen. De hecho, incluso me aburrió un poquito, aunque tengo la impresión de que con un revisado ganará puntos.

    En este caso me quedo con el remake, que aunque se centre en la acción, pienso que sigue manteniendo el significado alegórico y crítico de la original.

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