Metegol
Pocas pelis argentinas provocaron tanto revuelo como la que
hoy nos ocupa; mas aun si se tiene en cuenta que aún no gano nada. Pero es que
todo el back que trae la película no hizo más que causar expectativas. Es el
primer film de Campanella después de que ganara el Oscar, además que por
primera vez en el país se implementa un estilo de animación como el que se
utiliza en USA. Más alla de un reducido grupo de pelotudos que por alguna razón
le deseaban el mal a la peli, la duda estaba sembrada ¿Seria la genialidad que
se esperaba, o estaríamos ante una decepción total?
La historia se centra en un relato que le cuenta Amadeo a su
pequeño hijo. Así es como vemos parte de la infancia de Amadeo, donde se la
pasaba jugando al metegol; y su posterior adultez, donde se la pasa… jugando al
metegol. Mientras, el Grosso, antiguo rival de Amadeo y actual estrella de
futbol profesional, vuelve al pueblo para saldar cuentas con Amadeo y el resto
del poblado que lo desprecio de joven.
De la sinopsis se intuye que la historia en el fondo esconde
el mensaje de “persona que no creció, y que debe asumir la responsabilidad y
hacerlo”. Algo que en el cine de animación parece ser garantía de éxito seguro.
Si bien la peli está inspirada en el cuento Memorias de un Wing Derecho del genial
Fontanarrosa, solo se usó la idea. En realidad el guion fue trabajado por el
propio Campanella, Eduardo Sachieri (también guionista de El Secreto de Sus
Ojos), Axel Kuschevatzky y Gaston Gorali (estos dos ultimso productores también).
Como se vio en el tráiler y en los poster, las verdaderas
almas del film son los muñecos del metegol. Luego de que cobraran vida (de la
forma más tópica posible), los monigotes toman importancia en la historia, robándose
la peli con sus participaciones. El peso cae en especial en cuatro de ellos, el
Capi, el Beto (el mejor personaje lejos), el Loco y el Bordo/Granate.
Mucho se habló de las voces de la película, todas puestas
por actores argentinos. Y la verdad que el planteamiento me parece totalmente
absurdo. Y es que si la mayoría vive ponderando que los films se tienen que ver
en idioma original con subtítulos ¿Por qué ahora si ese idioma original es el
argentino, se lo critica?
El trabajo vocal de los actores es bastante bueno, pero el
notable lo alcanzan los cuatro comediantes que dan las voces a los muñequitos
principales. El Capi (Pablo Rago), el Beto (Fabián Gianola), el Loco (Horacio
Fontova) y Bordo/Granate (Miguel Ángel Rodríguez) lograron encontrar el punto
justo para sus personajes. Rondando entre el argentino canchero y fanfarrón con
el inocente de buen corazón, el cuarteto se luce en su labor.
Como buena peli animada que se precie, tiene humor para
todas las edades. Desde el más tonto destinado para los chicos, logrado a base
de golpes y caídas; pasando por el enfocado a los adultos, con parodias a 2001
(la película y lo que tuvimos que vivir ese año).
Obviamente también está el mensaje para los más chicos. En esta
ocasión es sobre como valorar las cosas esenciales de la vida, los amigos, la
primera novia, el arraigo por algo, en lugar de dejarse cegar por el exitismo.
Algo que quizás va de la mano con el propio Campanella. Y es
que aun sabiendo de ante mano que en el mercado local la peli no le va a dar
las ganancias que querría (se prevé que en el mercado internacional si lo va a
hacer), el director decidió seguir adelante igual con el proyecto. Proyecto con
el que viene trabajando desde hace cinco años. Ya solo por ese motivo, el
pelado se tendría que ganar el respeto de todos.
Metegol entonces
se nos presenta como una muy buena película de animación, pero también como una
nueva forma de ver el cine animado en el país. El éxito ya lo logro desde el día
del estreno, y al parecerla critica también está apoyando al film.
Hace cinco Campanella planeo la jugada, y de a poco la empezó
a hacer, eludiendo problemas. Ahora que ya está todo listo, saco la peli a
cartelera, como si fuera un sablazo de derecha que se clava al ángulo.
Un saludo pre calentando.
Nota: 8
Jorge Marchsio
Mi face Yorsh A. Romero
Mi face Yorsh A. Romero
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