martes, 11 de marzo de 2014

Esclavismo para ganar premios


12 Años de Esclavitud    






Y siguiendo mi recorrido propio por los films que estaban nominados al Oscar, llego el momento de la película que menos me interesaba junto con Nebraska. Pese a la tropilla de candidaturas que tenia la película, si no era que estaba entre las ternadas, no la hubiera visto. Además del tema que toca, el mayor motivo para escaparle era su director. Y esta vez mi intuición acertó.

Solomon Northup es un violinista negro en plena época de la Norteamérica esclavista. Lo que inicialmente parece una propuesta de trabajo, termina en una trampa para tomarlo como esclavo. Ahora Solomon debe acostumbrarse a su nueva vida, sin perder la esperanza de volver a ser libre, y sin que sus amos esclavistas le quiebren los huesos o la voluntad.

Cuando vi esta película, aún no habían sido las premiaciones de los Oscar, así que mi sentimiento luego de mirarla fue que me parecía con diferencia, la más floja de todas las nominadas. Después de las premiaciones, cambio a sentir bastante repulsión por el film.

No es que estemos ante una película mala, si no que estamos ante el claro ejemplo de film busca premios. Para que se den una idea de lo que les digo, recuerden pelis como El Discurso del Rey o Los Miserables y seguro me van a entender.

Además que la búsqueda de obtener galardones es más que obvia, hay que tener en cuenta el tema que trata el film. Y es que si hay temáticas con los que se suelen caer en lo fácil, es con la esclavitud y el mal trato a los judíos; y acá estamos ante uno de esos casos.

¿Si yo les digo que la peli busca ganar premios, y leyeron la sinopsis, que están imaginando? Que al pobre de Solomon le viven pegando en todo el metraje, que lo insultan, lo humillan, lo denigran peor que a un animal. Y que obviamente aparecerán un par de blancos buenitos, porque siempre hay que dejar en claro que los de piel clara no somos todos unos hdp. Siempre hay que dejar un mínimo lugar para la expiación así el pobre espectador sensible no se siente tan mal.

No culpo a los productores de hacer una película tan básica, ya que al fin y al cabo ellos solo buscan ganar premios que equivalen a beneficios económicos. No, le apunto al ladri de Steve McQueen, que es tan chorro que hasta el nombre de un actor de culto usa.

Después de ver la inexplicablemente polémica Shame, temía que esta película recorra el mismo camino. Ósea, partir de una idea buena, pero caer en todos los clichés y obviedades para dar una película que a priori parece turbia, pero que si se la mira bien no es más que la nada misma bien envuelta y mejor vendida.

Aparte de la historia sacada del manual de cómo ganar premios, la película no destaca en nada. El trabajo de dirección es bastante genérico. De nuevo estamos ante esos casos que el film podría haber sido filmado por cualquiera de nosotros, que no se notaba la diferencia. Jamás un plano arriesgado, o buscando alguna particularidad visual. Dirección carente de alma.

Si a eso le sumamos que los actores en su mayoría también están en modo automático (esto también es responsabilidad del director), la cosa sigue en el mismo nivel de languidez total. Salvo de la regularidad a Fassbender (que ya empieza a salir hasta en la sopa). El alemán logra darle un par de matices propios a un personaje que en manos de un actor del montón, podría haber seguido el mismo patrón de los demás actores.

Si se preguntan porque no destaco a Pitt, Dano o Cumberbatch de los demás, es que su tiempo en pantalla es muy escaso. Ninguno de los tres pasa de los ddiez minutos en la película.

12 Años de Esclavitud es una película típica de Hallmark o del programa de Virginia Lago, lo cual que esta lejísimos de films que estaban nominados como Gravedad, El Lobo de Wall Street o Nebraska.

Y en cuanto al dichoso Oscar, por más que moleste, no debería asombrarnos que los yanquis con su doble moralidad piensan que dándole el premio máximo del cine a un film tan tonto y hueco, ya enmendaron sus errores del pasado.



Un saludo siendo básico.



Nota: 4



Jorge Marchisio
Mi face  Yorsh A. Romero
 

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