Lo Imposible
Morbo. Si hay una característica que tenemos todos los seres
humanos es que somos unos morbosos de mierda. Solo falta ver cuando en la calle
hay una ambulancia y un par de patrulleros, para que mucha gente se acumule
intentando ver sangre o algún cuerpo. ¿A qué viene esto que digo? A que estamos
ante una película que de ante mano sabemos que los personajes la van a pasar
muy mal, y sin embargo la vamos a ver para disfrutar de su sufrimiento.
Estamos en el 24 de diciembre del 2004, en Tailandia. Son
las horas previas al terrible tsunami que cayó sobre la costa asiática. Una
familia va a pasar las fiestas a un resort local. Luego de que una mastodonica
ola caiga sobre el lugar, padre e hijos menores deben encontrarse con la madre
y el hijo mayor.
Antes de analizar la película me gustaría preguntarles a los
productores ¿Por qué si se basan en la historia real de una familia española, los
actores que recrean a la familia no son españoles? Además de que es para poner
actores conocidos, me gustaría saber otro motivo.
Pajas mentales aparte, estamos ante una peli durísima. Y es
que de por si el tema es heavy, ya que junto con el terremoto de Haití estamos
frente a una de las peores catástrofes de la humanidad.
El mayor punto a favor que tiene el film está en sus
actores. No solo por los conocidos Ewan McGregor (atención a la escena donde
habla por teléfono) y Naomi Watts; si no que los tres pibes que hacen de sus
hijos están a la altura de los actores adultos. Hace tiempo que no veía un
plantel actoral tan equilibrado en el buen sentido.
A esto hay que sumarle la factura técnica que tiene la peli.
La secuencia del tsunami, así como la posterior devastación que queda son
impecables. El trabajo de maquillaje para magullar a los actores también es
soberbio, en especial ante el casi nulo (salvo con la ola) uso de CGI, algo
para aplaudir en los tiempos que corren.
Pero todo lo notable que tiene la película se desaprovecha
por las pretensiones del director, pero en especial del guionista. Y es que a
ver, si vamos a ver una peli sobre una familia en una tragedia como la que
tenemos acá, no hace falta recurrir a los golpes bajos para causar emoción en
el público.
El mal uso de la música que hace el director, Bayona,
debería ser para pegarle. No solo por ponerla al máximo volumen posible, si no
que poco más faltaba que la orquesta este tocando bajo la pantalla del cine
para forzar la lagrima.
A esto hay que sumarle los constantes golpes bajos que pega
el guion. Y es que a cada escena donde algo bueno les pasa a nuestros sufridos
protagonistas, viene algo que los deja en peor estado. Esto termina causando
que de a ratos la peli se haga previsible. Además de algunas líneas de dialogo
(en especial dicha por los chicos) que suenan inverosímiles y metidas con
vaselina. Y siempre acompañado por la insoportable música con el volumen al
máximo.
De todas formas aplaudo la decisión del cine español en
realizar ellos mismos una película sobre lo ocurrido a compatriotas suyos; en
lugar de vender la historia a Hollywood, donde seguramente hubieran hecho gala
del patriotismo berreta que suelen mostrar en estos casos.
Si no fuera por lo pretenciosa que resulta la peli a la hora
de hacer llorar, seguramente estaríamos hablando de uno de los mejores dramas
de los últimos años.
Un saludo con la caja de kleenex al lado.
Nota: 8
Jorge Marchisio
Mi face Yorsh A. Romero
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