viernes, 28 de junio de 2013

Ensayo sobre la vida y el amor


Antes de la Medianoche  





Antes que empieces a leer mi opinión, te aclaro que va a haber MUCHOS SPOILERS de las dos pelis anteriores y unos cuantos de la actual.

Aclarado esto, recordemos como fue que conocimos a Jesse y Celine. Por el ya lejano 95 un muchacho y una chica pegaban onda en un tren que recorre Europa. Ambos deciden bajarse en Viena, teniendo solo un día hasta que uno deba partir. Tras un día idílico, la pareja se separa para reencontrarse nueve años después en Paris, con Jesse, ahora un hombre, presentando un libro basado en ese día en Viena. Con solo verse la química entre ambos resurge y deciden pasar el día juntos hasta la tarde, porque Jesse está de gira presentando el libro.

Ahora, nueve años después de ese encuentro, Jesse y Celine ya son marido y mujer y padres de dos mellizas (además del hijo que tiene Jesse con su ex). Luego de pasar el verano en Grecia y de que Jesse se despida de su hijo, la pareja debe volver a Francia. Es en ese último día en el país del Mediterráneo donde charlaran sobre la vida, el pasado, el futuro y su relación.

La peli se puede dividir perfectamente en dos mitades. La primera desde el inicio hasta que la pareja parte de esa especie de villa donde pasaron el verano. Y la segunda desde ese punto hasta el final del metraje.

En el primer tramo vemos como es la vida de Jesse y Celine ahora (brillante la forma en que Linklater nos muestra a las hijas). Ella aun buscando su lugar en el mundo, y el ya establecido como escritor, casi aburguesado. Además, y casi por primera vez en la saga, aparecen personajes secundarios. Pero lejos de estar puestos como puro capricho, estas personas (una pareja adolescente, una un poco mayor que Jesse y Celine, una señora viuda y un anciano viudo) son una especie de espejo de la dúo protagonista. Así es como se ven reflejados en los adolescentes y como podría haber sido la dinámica de ambos de haberse conocido en los tiempos actuales; o en cambio la pasión y devoción que sienten las personas mayores por sus compañeros de vida que ya no están presentes.

En la segunda parte la película aborda la relación entre ellos dos. Es ahí cuando los pase de factura y la verdadera personalidad de ambos salen a la luz. Y vemos como Celine sigue siendo esa mujer independiente, pero que por cuestiones de la vida (y negligencia suya) nunca fue quien quiso ser, por lo que parece que empieza a culpar al mundo por ello. Mientras Jesse parece que sigue siendo ese eterno adolescente que conocimos en las otras pelis. Escupe verdaderos (y veneno), pero luego quiere arreglar las cosas con unos besitos. Va, como hacemos la mayoría de los hombres.

Quizás en esta parte se haga más evidente que nunca como los personajes son muy reales, al grado que nos veremos representados en ellos, poniéndonos del lugar de uno o del otro; o peor aún, cambiando de bando a media que se dicen las cosas.

Como pasaba anteriormente, la química entre ambos fluye naturalmente, así como con el espectador. A los cinco minutos uno sonríe mientras piensa internamente “como andan mis viejos amigos”.
La dirección de Linklater vuelve a ser magistral. Sus planos secuencias mostrando al dúo mientras camina, enfocándolos a ellos pero a la vez mostrando los hermosos paisajes (esta vez de Grecia) ya es sello de la saga.

Saga que sospecho está lejos de estar terminada. Y es que si vimos tres etapas de la pareja, ninguno de los tres responsables (recordemos que desde la segunda Hawke y Delpy también están detrás de cámara), querrán perder la oportunidad de mostrarnos su vejez y con los hijos partiendo del hogar.

Desde este lugar no queda más que agradecer por la hasta ahora trilogía más real, sobre el amor, y en especial, sobre la vida. Gracias al cine por hacerlo real.



Un saludo buscando a mi Celine.



Nota: 9


Jorge Marchisio
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