Only God Forgives
Luego del bombazo que resulto Drive, el nombre de Nicolás Winding Refn se volvió mundialmente
conocido. Cuando se supo nuevamente trabajaría con Ryan Gosling, muchos ya nos frotábamos
las manos para ver la nueva peli. ¿Pero Drive
fue solo un golpe de suerte, o en realidad hay que saber ver el cine de Refn?
Julian dirige a modo de tapadera, un gimnasio de thai boxing
en Bangkok, donde su hermano entrena a uno de sus luchadores. Luego de que el
hermano de Julian es brutalmente asesinado tras matar a una prostituta, Jenna,
la madre de ambos que acaba de arribar a lugar, exige a su hijo menor que vengue
a su primogénito. Lo que ninguno de los dos saben es que se deben enfrentar al
ex policía Chang, mejor conocido como El Ángel de la Venganza.
Lo primero que se me viene a la mente a la hora de hacer
esta nota, es pensar en el chasco que se abran llevado el 99% de las personas
que vieron esta película esperando encontrarse algo similar a Drive. Y es que la película del
conductor anónimo es la más “masiva” en toda la filmografía de Refn. Quienes
por curiosidad vimos el resto de su cine, sabemos que suele recurrir a
historias “simples”, donde el espectador debe reponer bastante de su parte para
sacarle el máximo jugo a la peli.
Y pongo “simple” porque es así. Esta película podría
resumirse como una historia de venganza más, donde un hermano intentara
castigar al asesino de su hermano mayor. En manos de cualquier director
mierdero sin personalidad, seguramente habríamos estado ante un film genérico
del montón, de ese que a los dos días de ver la peli, ya la olvidaríamos.
Si uno presta atención a como suceden las cosas en los primeros
quince minutos, se dará cuenta que no estamos ante algo visto mil veces. Y es
que la venganza que le impone Jenna a su hijo Julian es injustificada; porque
su hijo mayor (el muerto del principio) es asesinado por haber matado a otra
persona. Es decir, nadie es bueno, y como dice la frase, nadie está libre de
tirar la primera piedra.
También hay que saber interpretar el título de la película.
Literalmente en castellano seria Solo Dios Perdona. Luego de ver el film, uno
entiende todo. Y es que en varias ocasiones los personajes podrían dejar de ver
“quien la tiene más grande” y aceptar la realidad. Jenna podría aceptar que su
hijo murió por cometer asesinato, Julian podría revelarse a su madre y negarse
a vengar, Chang podría no matar a todo aquel que se le opone. Pero no, lejos de
ese acto noble de grandeza que es perdonar, todos los personajes deciden seguir
adelante. Refn nos dice que los humanos somos unos animales, y que el perdón
por el perdón mismo, solo dios puede hacerlo.
Nuevamente Ryan Gosling vuelve a mostrar que es el mejor
actor de su generación. Acá componiendo un personaje muy bien planteado. Y es
que pese a ser quien lleva la venganza encargada por su madre, es el más frágil
y vulnerable de la historia. Constantemente vemos que no desea llevar a cabo la
vendetta, pero el terror que siente por su progenitora (se ve claramente en la
escena de la cena) no lo deja revelarse, y por eso termina inmolándose en una
pelea brillantemente planteada.
El otro personaje tremendo de esta película es la ya
nombrada Jenna, madre del muertito y de Julian. Primero por cómo es mostrada
constantemente, como una especie de “madrina” de las drogas, que viajo hasta
Bangkok solo para “hacer justicia” por la muerte de su primogénito. Y eso es lo
único que le interesa, poco le importa si la vida de su hijo menor se pone en
peligro, ella solo quiere vengar a su mayor (y acá no hay análisis, el propio
personaje se la pasa diciéndolo).
A esto hay que sumarle el notable trabajo de Refn a la hora
de encuadrar e iluminar. La película está plagada de luces de neón (recuerden
que pasa en clubes nocturnos de Bangkok), tan presentes dichas luces que
cambian hasta el color de piel o de pelo de los personajes. Un podría poner
pausa en cualquier momento de la peli y obtener un cuadro que fácilmente podría
estar colgado en la habitación de un telo.
Only God Forgives
puede ser considerada una película hueca. Pero hay que ver quien dice eso,
porque muchas veces hay que juzgar al espectador antes de al film. Estamos ante
esos casos donde uno tiene que analizarla y saber interpretar lo que pasa más allá
de lo que transcurre literalmente en la trama.
Básicamente, es una película para pensar luego de verla, esfuerzo
que muchos no podrían hacer sin sufrir un ASV.
Un saludo
replanteándome la venganza.
Nota: 8
Jorge Marchisio
Mi face
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