Rush
Si hay algo que me aburre soberanamente es el automovilismo.
De hecho, ni siquiera lo considero deporte, pero sé que soy el único que pienso
así que digamos que es deporte. Aclarado esto, hay que entender que si el cine
se lleva con algo bien, es precisamente con el deporte. Grandes películas salieron
de este matrimonio, ya sean ficticias como la saga Rocky, o verídicas, como la que toca hoy.
Niki Lauda y James Hunt son dos corredores de estilos
opuestos. El primero es mucho más racional, pensando a largo plazo, mientras
que el segundo es intrépido, arriesgado. Lo que parece ser un choque del montón
en una categoría menor de automovilismo, volverá a estos dos pilotos enemigos
deportivos de por vida. Y es que años después, el destino los volverá a cruzar,
en el circuito más importante de todos, la Formula 1.
Antes de seguir, quiero aclarar algo. Como dije
inicialmente, el automovilismo no me gusta, y por ende no sé nada de dicha disciplina.
Así que la veracidad histórica de la película en mi caso no importa, porque desconocía
totalmente la existencia de estos dos corredores.
No es la primera vez que Ron Howard se mete con algún hecho histórico
deportivo. Recordemos su subvalorada Cinderella
Man, que narraba las vivencias de un boxeador que resurgía de la miseria. Teniendo
ese film como referencia, no debería sorprender el peliculón que se hizo el
pecoso.
Lo digo principalmente porque el automovilismo (no las
carreras, entiéndase) está poco explotado en el cine. Más aun viendo la
competencia de egos que hay, donde los pilotos pese a pertenecer a una misma escudería,
ponen su persona por sobre el lugar donde trabajan.
Y de eso va básicamente Rush,
dos conductores que por algo normal en cualquier carrera, por sus egos
ilimitados comienzan a odiarse y llevar su rivalidad deportiva a lo largo de
los años. Y recalco la palabra deportiva.
Los pilotos lejos de enfrentarse fuera de los circuitos,
deciden ignorarse. Pero cuando llega la hora de competir, esa envidia/admiración/celos
se convierten también en sed de auto superación. Como dice el propio Lauda en
el film, a veces los enemigos fortalecen a uno mismo.
No solo por su mensaje la peli esta buena, si no que Howard
se luce en la dirección. Pocos films que recuerde lograron plasmar el vértigo de
las carreras a toda velocidad. La tensión de los corredores y de sus ayudantes
en boxes. La competencia final en las cercanías del monte Fuji es tremenda.
Por suerte al combo se le suman buenas actuaciones,
obviamente haciendo hincapié en los dos protagonistas. Daniel Bruhl no
sorprende a quienes ya lo vimos trabajando en Good Bye, Lenin!, aunque si llama la atención el parecido físico que
lograron con el Lauda real. Mientras que el mayor de los Hemsworth por fin
logra sacarse a Thor de encima y lo vemos actuar; y también, gracias a la caracterización
esta calcado al Hunt original. El resto del reparto cumple sin más, quizás destaca
un poco Alexandra Maria Lara como la sufrida esposa de Lauda.
Luego de verla es entendible porque entro en los top ten de
la mayoría de las personas que hicieron su balance fílmico del año pasado; de
hecho si yo la hubiera visto antes, habría entrado en el mío.
Y es que es raro ver una película tan completa que cuente algo
interesante, este bien filmada y bien actuada, y Rush tiene todo de eso.
Para los fanáticos de los deportes (si es que el automovilismo
lo es), es obligación mirarla ya que narra una de las rivalidades históricas más
significativa de una disciplina. Y para los que aman al cine, deben verla
porque se encontraran ante uno de los films más redondos del recién acabado 2013.
Un saludo pisando el acelerador.
Nota: 9
Jorge Marchisio
Mi face Yorsh A. Romero
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